jueves, abril 17, 2008

LAS COSAS Y SUS NOMBRES : MESTIZAJE

MESTIZO, MULATO, CASTIZO, CHOLO, POSTIZO, MORISCO Y OTROS

Solamente las realidades que importan tienen nombre. Los pueblos que viven en los polos, tienen hasta más de veinte nombres distintos para la nieve. Para ellos estas distinciones son muy importantes, y no les pasan desapercibidas. En el esquí vemos una sombra del mismo fenómeno.Las culturas en que las relaciones de familia son el eje en torno al que se estructura la sociedad, cuentan con un elenco de parentescos mucho más complejo que el nuestro: distinguen con diferentes nombres a los parientes de la línea paterna y a los de la línea materna; y vuelven a señalarlos con nombres distintos según este parentesco recaiga en varón o en hembra. Las sociedades en que el mestizaje tuvo relevancia social y la gente estaba marcada en razón de su origen racial, crearon los nombres para distinguir esas realidades: en cuanto dejaron de considerarse importantes esas circunstancias personales, desaparecieron los nombres en que se sustentaban.

Mientras existe cualquier forma de racismo, mientras unos están más arriba y otros más abajo en razón de su nacimiento, tienen vigencia las denominaciones para distinguir a los que no pertenecen a la raza pura. Ahí están aún los indios de la India con sus castas, infranqueables, que ponen a cada uno en el lugar social en que ha nacido. Ahí tenemos en los países en que los dueños de la tierra quieren dominar o convertir o expulsar a los advenedizos, las denominaciones nada piadosas que se asignan a estos. Y las sociedades en que los unos se han empeñado en trabajarse una identidad que les permitiese distinguirse de los otros, ahí están metidos en enredos genéticos y antropométricos e históricos y culturales y en genealogías.

Nos recuerda al mestizo en sus increíbles variedades según las razas progenitoras, según el grado de mestizaje y con distintas denominaciones según la lengua en que se hicieron: los hijos de blanco y negra o viceversa, se llamaron mulatos; los de blanco e india, o india y blanco, mestizos; y estos mismos en Brasil se llamaban cafuzos.

Los hijos de negro e india o viceversa, zambos de indio, o zambaigos. Y a partir de aquí las nuevas mezclas en segundo, tercer o cuarto grados, dan asimismo otra serie de nombres: al hijo de español y negra (y viceversa; así en todos los casos) se le llamaba mulato; al de español y mulato, morisco; al de español y morisco, chino; al de chino e india le llamaban saltoatrás; al hijo de saltoatrás y mulata, lobo; al hijo de china y lobo, jíbaro; al de jíbaro y mulata, albarazado; al de albarazado y negra, cambujo; al de india y cambujo, zambaigo; al de loba y zambaigo, calpamulato; al de calpamulato y cambuja, tentenelaire; al de mulata y tentenelaire, notentiendo; al hijo de india y notentiendo lo llamaban tornaatrás. Y aún aparecen otros nombres según otras fuentes: albino (hijo de español y morisco), barcino (hijo de albarazado y mulata), coyote (hijo de barcino y mulata), chamiso (de indio y coyota), coyote mestizo (el hijo de chamiso y mestiza). Y luego vienen los cuarterones y los quinterones, y el requinterón de mulato, y el requinterón de mestizo, que con español da gente blanca, quien de nuevo con español, da español casi limpio. Y aún quedan los claros, y los pardos, y los zambes o cabras, y los harnizos...

EL ALMANAQUE se detiene hoy en el concepto de mestizaje. Hemos querido dejar constancia de la larga retahíla de nombres con que se llamaron los mestizos porque son reflejo de una realidad pasada y porque más de uno se encontrará en apellidos y apodos.


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MESTIZAJE

Se entiende en general por mestizo al hijo de padres de distinta raza. Se usó en especial este nombre en la América hispana para denominar al hijo de indio y blanco. Hemos tomado la palabra del bajo latín mixticius, que aparece escrita por primera vez en san Jerónimo (331-420), con el valor de mestizo, es decir nacido de razas mezcladas. Procede este adjetivo del verbo misceo, miscere, miscui, mixtum (de aquí proceden la miscelánea, el inmiscuirse y los mistos -en Argentina se decía feder a misto con el significado de heder a fósforo-). Lo más probable es que se viniera usando de bastante atrás en el latín hablado. En cuanto a miscere significa mezclar. Esta forma la hemos tomado del bajo latín misculare. En el latín clásico preferían para referirse al mestizo, hybrida –ae, y más adelante híbridus –a –um con estos términos designaban a los hijos de padres de diversos países o de distinta condición. Esta palabra procede de ubriV (hýbris), cuyo significado no tiene que ver con la reproducción, sino con la conducta. Designa toda desmesura y exceso, por lo que parece más bien que califique como "hijos de un exceso", es decir de comportamiento desarreglado a los nacidos de la unión con extranjero o extranjera, esclavo, etc.

La palabra mestizaje, que se refiere al hecho del cruzamiento de razas, se usa cada vez más para designar la corriente de pensamiento que sostiene la mayor bondad del mestizaje sobre la tendencia contraria, que es la pureza de razas. Estamos ante una cuestión racial, que en su forma más conflictiva llamamos racismo. Se suele hablar de mestizaje más bien para referirse a la mezcla de razas que presentan entre sí diferencias acusadas (blancos / negros, blancos/ amarillos...) En la ocupación de América por los europeos, los españoles practicaron el mestizaje, mientras que los ingleses ni siquiera contemplaron la posibilidad de mezclarse con los indios. Esto fue debido especialmente a que los españoles fueron a conquistar, y por tanto a mezclarse con la población (muchísimos iban especialmente empujados por el deseo de "conquistar las indias", mucho más atractivas que sus santas esposas, a las que dejaban en España).

Por otra parte los indios estaban dispuestos a mezclarse con sus dominadores (en algunos casos, sus aliados en la lucha contra sus vecinos enemigos), a los que veían como seres superiores. El hecho de que en algunos pueblos hubiese cacicas en vez de caciques (matriarcado) facilitó aún más el mestizaje, pues constituían un buen partido para los conquistadores.

De todos modos, la mayor parte del mestizaje fue resultado de uniones ilegítimas pero estables (poligamia de facto). Los ingleses en cambio fueron a América como grupos cerrados de colonos. Las esposas se cuidaron muy mucho de evitar el mestizaje. Pero cuando se encontraron metidos de lleno en la importación y cría de esclavos negros, se produjo inevitablemente el mestizaje o hibridación, que hubiese dicho un romano (resultado de conducta desarreglada). Y nunca como resultado de uniones legítimas, sino por el abuso de los amos blancos en sus esclavas negras. Y es que cualquier convivencia genera mestizaje, por muchas que sean las normas que lo prohíban, por más que se quiera poner barreras para mantener la pureza de sangre de los dominadores. Y ocurrirá inevitablemente, como ha ocurrido siempre, que sea per fas, sea per nefas, los dominados o los advenedizos se reproducirán más que los señores y habrá que dar carta de igualdad a la extranjería y al mestizaje.

Mariano Arnal

Publicado en la edición
El Almanaque Nº 3121 Jueves 17 de Abril de 2008