sábado, marzo 15, 2008

Día Mundial de los Consumidores

15 de marzo, Día Mundial de los Consumidores

Ante la situación económica, la OCU dedica el 15 de marzo al consumidor y los servicios financieros
La OCU quiere, durante todo el año 2008, prestar una especial atención a uno de los temas que más preocupa al consumidor y que, ocupa, el cuarto lugar en el ranking de las reclamaciones: Servicios Financieros e impuestos.

Durante todo este año, la Organización realizará informes, herramientas de Internet, guías que puedan ayudar al consumidor en sus relaciones con las entidades financieras y el Fisco. El consumidor es siempre la parte más débil, aunque tenga la ley de su parte, y sean muchos los derechos que le asistan y, buena prueba de ello son las más de 11.000 reclamaciones sobre servicios bancarios recibidas en nuestra asesoría jurídica durante 2007.

Con motivo del Día Mundial del Consumidor, la OCU abrirá su página especializada www.dinero15.com para que todos los consumidores puedan acceder de las informaciones, consejos y estudios que los expertos de OCU elaboran. Del mismo modo, en la página web de la OCU,
www.OCU.org, todos los internautas podrán acceder al informe El Consumidor y los Servicios Financieros, con enlaces a las calculadoras de préstamos hipotecarios y préstamos personales y los análisis comparativos de cuentas corrientes, préstamos personales e hipotecarios y depósitos. Esta información será de gran ayuda para aquellos consumidores que quieran saber si han contratado el producto más competitivo del mercado, de forma ágil y sencilla y sin la engorrosa tarea de visitar todas las entidades financieras.

Con motivo del Día Mundial del Consumidor, la OCU publica un estudio sobre cuáles son las mejores opciones que tiene el consumidor que necesita dinero para afrontar el pago de un bien o servicio. La conclusión principal es que, conseguir un préstamo familiar, anticipo de la empresa, ampliación de la hipoteca o préstamo personal son, este orden, las mejores opciones. La Organización desaconseja de manera tajante que el consumidor acuda a una empresa de reunificación de deudas cuando esté atravesando algún apuro económico. Las comisiones que cargan este tipo de intermediarios pueden aumentar la cuota a devolver de manera desorbitada. Las conclusiones íntegras del estudio se publican en la revista Dinero y Derechos del mes de marzo.


La OCU considera que lo ideal sería conseguir un préstamo familiar sin intereses o muy bajos, un adelanto de la nómina. Si esto no es posible, la ampliación de la hipoteca puede ser una buena elección siempre y cuando se tenga un préstamo hipotecario desde hace algún tiempo, con lo que se habrá devuelto una parte del capital y la vivienda se habrá revalorizado. Esta opción interesa más cuanto mayor sea la cuantía a solicitar y el plazo de devolución, ya que conllévale pago de gastos de notaría, registro, Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados, etc.

La tercera opción sería pedir un préstamo personal. La mayoría de los préstamos al consumo suelen ofrecer un tipo de interés fijo, algunas entidades también lo ofrecen variable. La OCU advierte que en su publicidad anuncian un tipo de interés nominal que podría resultar tentadora, pero que suele omitir todo lo que lleva aparejado ese préstamo, gastos y trámites que inciden en el coste total del dinero que se pide al banco (comisiones de apertura, estudio, amortización anticipada, contratación de seguros…)Además, recorrer las distintas entidades en busca del préstamo más competitivo es una tarea compleja y muy laboriosa, la OCU, con motivo del Día Mundial del Consumidor le ayuda a través de su página web
www.ocu.org.

La OCU ofrece, con motivo del 15 de marzo de, Día Mundial del Consumidor, un decálogo al usuario de los Servicios Financieros:

I. Elija bien su entidad y sus productos financieros. Los clientes más satisfechos son los que se guían por razones objetivas, por lo que más vale poner en un segundo plano cuestiones como la cercanía a su domicilio, y no dejarse llevar por mensajes publicitarios, regalos o consejos “bienintencionados”…


II. Vaya sobre seguro. Para operar con su dinero elija siempre entidades supervisadas por la Administración y registradas por tanto en el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores o la Dirección General de Seguros y Planes de Pensiones. Y si quiere estar plenamente tranquilo, no deposite en cada entidad más de los 20.000 euros que por titular garantiza el Fondo de Garantía.

III. Vigile siempre los gastos y comisiones. Merman considerablemente el rendimiento de una inversión, e incrementan sobremanera la TAE de un préstamo.

IV. Negocie. Siempre es posible negociar con su entidad, así que no se conforme con lo primero que le ofrezcan. Trate de mejorar algunas condiciones, por ejemplo, las comisiones y tipo de interés que le apliquen en préstamos hipotecarios y tarjetas.

V. Explore nuevas vías. Dentro de una misma entidad, los diversos canales de comercialización ofrecen distintos productos. Los productos comercializados por la banca telefónica o por Internet suelen ofrecer condiciones más ventajosas para el consumidor que las que puede encontrar en su oficina. Merece la pena informarse.

VI. Piénselo antes de pedir un crédito. Si necesita dinero para afrontar un gasto, hay varias alternativas más económicas (préstamo de familiares, adelanto de nómina, financiación del establecimiento siempre que se la ofrezcan sin coste…). También puede acudir al banco y pedir un préstamo al consumo, pero si el importe que necesita es pequeño, habitualmente solicitar un préstamo será una alternativa cara debido a las comisiones de apertura.


VII. Busque una buena hipoteca. Si va a pedir un préstamo hipotecario, valore bien su capacidad de endeudamiento, elija un plazo cuya cuota pueda pagar cómodamente (no más del 35 o 40% de sus ingresos líquidos una vez pasada la primera revisión del mismo). Lo ideal es que no supere los 25 años, para así tener margen de negociación en una eventual ampliación temporal. Si puede, trate de realizar amortizaciones anticipadas del préstamo, por tanto, opte por un préstamo que no cobre comisiones por este concepto.


VIII. No use para ahorrar las cuentas corrientes sin remuneración. Cuentas y libretas son los instrumentos adecuados para gestionar los pagos y cobros de su economía doméstica, pero no son una alternativa de ahorro. No deje el dinero en una cuenta corriente: aun a corto plazo, hay productos igual de seguros, pero mucho más rentables (como las cuentas de ahorro o alta remuneración, los fondos monetarios o los depósitos a plazo).


IX. Invierta diversificando. Obtendrá un mayor rendimiento del dinero que vaya ahorrando si lo invierte de forma diversificada, sin tener porqué asumir un gran riesgo. Incluso un pequeño inversor debería invertir sin miedo en acciones o en divisas distintas al euro. La OCU, a través de sus publicaciones especializadas, en especial sus boletines financieros y su página
www.dinero15.com, le ayuda, diciéndole qué invertir, cómo hacerlo, dónde y cuándo.

X. Reclame. Si le cobran una comisión que no está recogida en las tarifas, que no se corresponde con un servicio efectivamente prestado o se trata de un servicio que usted no había aceptado, reclame: la entidad financiera no está autorizada a su cobro y debe devolvérsela. De igual manera, quéjese si las condiciones finales de un producto no se corresponden con lo anunciado en la publicidad o con lo pactado, o si no recibe un buen trato en la oficina... Ante cualquier conflicto, procure solucionarlo de forma amistosa, ante el servicio de reclamaciones de la entidad. Si no tiene éxito, los servicios de reclamaciones del Banco de España, Comisión Nacional del Mercado de Valores o la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones se encuentran a su disposición.


La OCU quiere recordar que, aunque este año dedique especial atención al usuario y los Servicios Financieros, lleva trabajando durante mucho tiempo en este campo y han sido muchas las reivindicaciones que ha hecho llegar a la Administración en esta materia, entre otras:
Que se reconozca el derecho preferente del consumidor en los concursos de acreedores para garantizar al máximo sus derechos económicos.

Que se aumenten los fondos de garantía y que se creen para el caso de las aseguradoras, fondos de inversión, pensiones, etc.

Que se adopte una legislación que proteja al consumidor ante situaciones de sobreendeudamiento.

Enlaces

www.ocu.org Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)
www.auc.es Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC)
www.asgeco.org Asociación General de Consumidores (ASGECO)
www.uniondeconsumidores.com Unión de Consumidores de España (UCE)
www.msc.es Ministerio de Sanidad y Consumo
www.consumo-inc.es Instituto Nacional del Consumo del Ministerio de Sanidad y Consumo
http://revista.consumer.es/ http://www.facua.org/
La protección de los consumidores en la Unión Europea: diez principios básicos pdf
Derechos de los usuarios de telefonia PDF

Publicado en la edición El Almanaque Nº 3089 Sábado 15 de Marzo de 2008

LAS COSAS Y SUS NOMBRES : HISTORIA DE LAS FALLAS

HISTORIA DE LAS FALLAS

Siguen las fiestas religiosas cuyo origen se nos pierde entre las brumas de los tiempos. Aún no se han apagado los ecos del Carnaval, que ya tenemos a San José, el 19 de marzo, dando entrada a la primavera. En todo el mundo se conocen las fallas de Valencia, que cuentan entre las más grandiosas fiestas del fuego que celebra la humanidad. Valencia se ha hecho con la antorcha del fuego y de los claveles: una conjunción prodigiosa. Otros pueblos toman la antorcha sagrada de los grandes ritos de dolor y muerte; otros cumplen con el sagrado deber de conservarnos los ritos iniciáticos, otros los funerarios.

Y como ocurre con multitud de fiestas, aparecen y desaparecen como el Guadiana. Hay largas épocas de la historia en que parece que se las haya tragado la tierra para no volver a aflorar; pero resurgen con nueva vida. Eso ha ocurrido con las Fallas, que como tales apenas cuentan con un par de siglos de antigüedad.

Y volvemos a los antiquísimos ritos de purificación con los que se preparaba el resurgir de la vida. El vigoroso marzo tenía que ser precedido por un enérgico februario, el mes de la poda, la limpieza de los campos, de los corrales, de los animales, de las casas e incluso de uno mismo. Y en los conceptos de limpieza, bueno y oportuno es recordarlo precisamente ahora que nos amenaza una terrible epidemia ganadera que algo tiene que ver con prácticas alimentarias gravemente desviadas; en los conceptos de limpieza, digo, entraban también las estrictas normas sanitarias, que había que ejecutar en forma de rituales religiosos.

Entre estas normas de purificación antes de que llegase empujando con fuerza la vida de los animales y de las plantas, estaba el precepto de quemar todo lo viejo, todo lo que pudiera estar contaminado. Hemos de tener presente que nuestros antepasados eran mucho más vulnerables a las epidemias; ellos y sus animales. Por eso se debió convertir en ineludible deber religioso quemar todo lo que se había sacado de la limpieza, cuanto más, mejor. Esas hogueras profilácticas se conservan por todo el mundo. Lo de quemar trastos viejos en las grosandes fiestas del fuego es un ritual que encontramos repetido en todo el mundo. Y dicen que fueron los carpinteros en Valencia, que tenían por patrón a San José, los que en la vigilia de su fiesta juntaban grandes pilas con los trastos viejos y restos de madera que se iban amontonando a lo largo del año, y con ellos hacían grandes hogueras con las que honraban a su santo patrono. Es una hipótesis muy verosímil, pero nada más que hipótesis.

Eso en cuanto a las hogueras; por lo que respecta a los muñecos (ninots) vuelve a ser una constante de multitud de fiestas del fuego en todo el mundo: ya que se hace la hoguera y se queman los trastos viejos, se aprovecha para quemar en ella también a los demonios que han atormentado al pueblo durante el año, o que le han incitado al mal. Hay muchos pueblos en que el motivo central de las fiestas del fuego es la quema del demonio. Nada tendría de extraño que la singularidad de las fallas, en que desaparece la hoguera propiamente dicha para convertirse los demonios en hoguera, provenga precisamente de un rito de estas características, cuya perfecta continuidad sería la sátira y la crítica hechas combustible y finalmente fuego.

A finales del siglo XVIII se tienen las primeras noticias escritas sobre el germen de las fallas. En el XIX se representa una especie de auto sacramental satírico con los muñecos a los que luego se condena a la hoguera. Excepto el indultado. En 1886 casi desaparecieron las fallas, que a partir de ahí consiguieron superar incluso la guerra civil, pero renunciando a la sátira y pasando a ensalzar los nuevos valores nacionales. Y hasta hoy, todo fue seguir creciendo.

EL ALMANAQUE se detiene hoy en las fallas.

El REFRÁN

UN FUEGO MATA OTRO FUEGO
Un recuerdo a las fallas de Valencia. Un pueblo sanísimo, que gasta cada año su cuota de pólvora en fuegos de artificio, y que quema cada año sus excesos de vitalidad y creatividad en unas fiestas incomparables


LA PALABRA DEL DÍA

FALLA

Según el diccionario de Alcover Moll, de las tres acepciones que tiene en catalán esta palabra, la que se refiere a las grandes hogueras que se hacen para San José en Valencia, procede del antiguo fayla, cuya forma dialectal era faia, de la familia de hacha, sinónimo de antorcha y hachón. Se trata de un haz de ramas, de juncos, de esparto y otras plantas secas, en manojo bien apretado, que se usaban para alumbrarse o para hacer fuego. Ese fue su significado original. Luego pasó a significar cualquier hoguera (cazar a la falla era ese original sistema que consistía en prenderle fuego al bosque para cazar a los animales en su huida de la quema). Y ya más adelante se usó el nombre de falla para denominar las hogueras, en especial las festivas.

Si bien éste es el nombre que se ha asignado pràcticamente en exclusiva a las fallas de Valencia, no le corresponde esta exclusividad, puesto que con igual legitimidad se llama fallas a otros fuegos y hogueras. En algunos pueblos del Pirineo, la noche de San Juan se encienden en la montaña ramas secas de pino con teas. Se trata de llegar al valle con ellas encendidas, para formar con ellas la hoguera de san Juan, por lo que han de bajar a todo correr. A esas ramas encendidas las llaman fallas (con mucha propiedad, a tenor del significado original de la palabra). También en Bagà tienen una costumbre parecida, pero en Navidad. Guardan en las casas haces de una planta que llaman faia, formando antorchas a las que llaman fallas. Se encienden todas la noche de Navidad: Los niños van corriendo por las calles del pueblo con ellas encendidas.

Lo más singular respecto a la exclusividad del nombre es que en Alicante realizan por San Juan fallas en la misma línea que las de Valencia por San José. Pero no las llaman fallas, por más que lo sean, sino hogueras de San Juan. Algo parecido ocurre en otros lugares, en que se construyen hogueras tan sofisticadas como las fallas; por ejemplo la “quema del demonio” en Badalona (junto a Barcelona) por San Anastasio.


El origen tanto de falla como de hacha (obsérvese que las diferencias están en la típica sustitución de la f por la h, y en una realización distinta de la palatal) está en el latín fax, facis, que se ha mantenido en el italiano face con el mismo significado latino de antorcha, tea, y que por analogía extendió su significado a valores metafóricos como luz, astro, ardor, llama, pasión...

Al “incendiario”, al que provoca desgracias también le llamaban los romanos fax, del mismo modo que decimos en español que es un hacha (su traducción literal) del que se distingue precisamente por meter la pata gravemente o por hacer calamidades. Las faces, que por evolución fonética se convertirían en fallas, eran el atributo de algunas divinidades, y se usaban en las ceremonias de bodas y en los entierros. Con una de estas faces prendía fuego el pariente más próximo a la pira funeraria. “Inter utramque facem” es una expresión que significaba “entre ambas antorchas”, es decir entre el matrimonio y la muerte. Luego, con la evolución de las hachas y hachones, se ampliaría su uso a los ritos de purificación y a las procesiones, que adquirían por la noche un valor muy singular. Faces addere ánimis era añadir haces a los ánimos (= encenderlos, inflamarlos).

Las fallas tal como hoy las conocemos no se apartan del significado original de la palabra, ni de los ritos religiosos relacionados con el fuego, ni con el valor más singular de los haces primero y de las hachas luego. Por más sofisticación que haya, todo acaba en fuego. Incluso la implementación que ha ido experimentando la fiesta y el sentido de las fallas, sigue manteniéndose en la original línea de purgatorio, de limpieza de todo lo que hay que desechar del año anterior, antes de entrar de nuevo en la explosión de vida de la primavera. Y alrededor del fuego, un increíble esplendor festivo.

Mariano Arnal
LÉXICO http://www.elalmanaque.com/fiestas/fallas.htm