miércoles, marzo 26, 2008

DESARROLLO PERSONAL El día después de la ruptura de la pareja

Volver a empezar...
En los primeros días luego de la separación, las personas experimentan por lo general dos tipos de sentimientos : o la motivación a salir a "comerse" el mundo, o el encierro en estados melancólicos que lo retrotraen al pasado y a lo que no fue.

Por María Adela Mondelli
Ni uno ni otro estado permanece en el tiempo. O el mundo nos indigesta... y podemos caer en un estado de melancolía; o poco a poco vamos elaborando la pérdida, saliendo de la tristeza y viendo cómo nos la vamos a ir arreglando en esta nueva etapa de la vida, ahora sin pareja.


La entrega que implica la convivencia en pareja, deja luego de la ruptura sentimientos agónicos... -a veces encubiertos por la euforia de haber concluído con el proceso de ruptura que depara muchas energías-, pero que tarde o temprano, hacen aparecer la angustia en sus diversos modos.

En los últimos tiempos de una pareja, se va dejando mucho para aceptar una ruptura inevitable, y esto deja sentimientos de vacío frente al fracaso de tal empresa. A mayor expectativa, a más esperanzas, más profunda es la caída. Nos separamos. La situación cambió, y hay que empezar a hacerse cargo. O las circunstancias lo hacen por nosotro/as. Si ya no hay quien se ocupe de la ropa, corremos el riesgo de reaccionar cuando no queda una camisa para ponerse; y si ya nadie paga la factura de la luz, nos daremos cuenta cuando nos la corten...
Por lo tanto –si no lo planeamos antes (como generalmente no lo planeamos...)- hay que arremangarse y ver cómo es esta nueva organización de nuestra vida. El que dejó la casa familiar, por lo general vive "como de paso" durante algún tiempo. No piensa en ese nuevo lugar como estable y tiene incluso sentimientos de haber sido despojado de lo propio (aquella casa familiar) sintiendo esta nueva como algo indigno para él. Sin embargo es importante poner energías en agenciarse un espacio vivible.
Acomodarlo a nuestro gusto, ordenarlo, hacerlo cómodo y funcional es fundamental para sentirse bien en este nuevo lugar e ir construyéndolo como propio. No la pasa mejor el que permaneció en la casa familiar -aunque evitar una mudanza es un duelo menos a sobrellevar-.
Los recuerdos, los lugares vacíos, las cosas que quedan y las que el que se va se lleva, hacerse cargo solo/a de una estructura que antes sostenían de a dos, todos son procesos a elaborar... La pérdida de relaciones de amistad es por lo general una consecuencia de la separación. O los intereses cambian y ya hay poco que compartir, o eran amistades en conjunto con la pareja que se alejan con el divorcio, o ciertos procesos de proyección llevan a que algunas gentes rehuyan la compañía del o la recién separado/a ...

Y esto suma soledad y duelo. Establecer un grupo de contención afectiva (familiar, de amistad) es una herramienta fundamental para transitar el proceso de separación.Personas que respeten los sentimientos de quien la está pasando mal, que escuchen o acepten el silencio. Elegir de entre las personas posibles, aquellos que sabemos que pueden estar a la altura de la necesidad de ese momento, es un recurso del cual es interesante disponer.

Las relaciones amorosas que comienzan al poco tiempo de una ruptura por lo general no tienen un buen pronóstico; nadie está en las mejores condiciones para proyectarse junto a otro cuando recién termina una relación de pareja.

Sin embargo, si se las toma como algo pasajero, suelen ser una buena ayuda para volver a sentirse querido, deseado y considerado, lo que ayuda a cicatrizar algunas heridas y acompaña un proceso de revalorización necesario luego de la separación. Personas que respeten los sentimientos de quien la está pasando mal, que escuchen o acepten el silencio.

Elegir de entre las personas posibles, aquellos que sabemos que pueden estar a la altura de la necesidad de ese momento, es un recurso del cual es interesante disponer. Las relaciones amorosas que comienzan al poco tiempo de una ruptura por lo general no tienen un buen pronóstico; nadie está en las mejores condiciones para proyectarse junto a otro cuando recién termina una relación de pareja. Sin embargo, si se las toma como algo pasajero, suelen ser una buena ayuda para volver a sentirse querido, deseado y considerado, lo que ayuda a cicatrizar algunas heridas y acompaña un proceso de revalorización necesario luego de la separación.

Mantener una relación equilibrada con los hijos suele ser un problema en estos primeros tiempos. Para el padre/madre que pasa a compartir part-time con ellos comienzan los problemas de organización : que el trabajo, que la nueva vida solo/a, que los acuerdos con el otro progenitor/a, que los horarios de lo/as niño/as...

Para el que permanece con ello/as cotidianamente el problema no es menor. Si es la madre y hasta ese momento se ocupaba exclusivamente de ellos o su trabajo era secundario en la manutención del hogar, ahora deberá salir a trabajar o hacerlo de modo más intensivo, y organizar su vida de modo diferente... además las obligaciones de la casa familiar y la responsabilidad directa de los niños, comienzan a ser un escoyo para un proyecto individual... que con quién los dejo, qué cómo me arreglo... Si es el padre quien queda a su cuidado permanente, pasará lo suyo también ...

Los primeros tiempos no suelen ser demasiado sencillos para la organización de esta nueva pareja parental, ahora separados. Sentimientos de rencor y desengaño respecto de la pareja afectiva, acordar cuánto y qué pone cada uno para este nuevo modo de ser padres (visitas, dinero, responsabilidades cotidianas, etc.), suelen afectar directamente a la función paterna y materna. Buscar ayuda individual y/o familiar, un tercero imparcial quién medie en estos momentos críticos, redundará en salud, ahorrará disgustos y desentendimientos.

Lo que siempre será un beneficio para los hijos... y a mediano plazo para todos los integrantes de la familia. Hablar con lo/as hijo/as de nuestros sentimientos, sin transmitirle ni las grandes angustias ni nuestros rencores para con el otro/a padre/madre, será un modo de darles seguridad aún cuando trasmitamos desazón y tristeza.
Dejarles siempre en claro que como adultos nosotros solucionaremos las cosas, que la vida va a cambiar, que deberemos organizarnos, pero que ellos están seguros a nuestro lado y nuestro amor por ellos no se ha modificado en nada, les da seguridad en un momento que para los niños es muy dificil de sobrellevar. Sostenerlos en su enojo para con nosotros, dejarlos que se enojen, que sepan que tienen el derecho a estar dolidos por lo que está pasando, explicitárselos, es importante para el proceso que ellos también están llevando adelante.

Mantenerse firme y no abrirles esperanza de reconciliación como un modo de paliar el dolor que a nosotros nos causa el sufrimiento de ellos, es fundamental para no crearles falsas expectativas y ayudarlos a transitar este proceso. Fortalecer y seguir sosteniendo al otro padre en su función no desvalorizándolo, es muy importante para los niños a cualquier edad. Cuando realmente uno de los padres se desentiende de la función que le corresponde, es favorecedor al proceso de los hijos que el otro padre/madre no lo encubra frente a los niños, ni lo "denuncie" a ellos. Dificil equilibrio... pero necesario : No "inventarles" un padre/madre que como función ya no existe, ni "mostrarles" todo el tiempo el/la que ES. Creer en las propias aptitudes para la función parental, y no asumir actitudes de "reproche" frente a los niños... Todo una tarea!. Los cambios que esa misma actitud abandónica va trayendo en la vida cotidiana de la familia, va mostrándoles a los hijos qué es lo que sucede.

Lo que a veces es muy doloroso reconocer para ellos. Dolor que puede traducirse en la negación sistemática del abandono del que son objeto; lo que a su vez -el padre/madre que si ejerce su función-, puede sentir como una afrenta personal ( "el otro no se hace cargo de nada y mi hijo todavía lo defiende aún en mi contra que afronto todo solo/a" ). Estas situaciones pueden requerir de la intervención de la justicia que sea la que diga cuáles son las obligaciones de cada padre e implemente los recursos para que se cumplan, pero siempre evitando poner a los hijos en el lugar de "tomar parte" o ser prenda de la contienda.
Si bien el horizonte es organizar una vida independiente, si en los primeros tiempos se cuenta con apoyo familiar o de amigos, es bueno pactar con ellos en qué, cómo y de qué modo pueden colaborar con la nueva organización de esta familia. Esto evitará o hará más llevaderos, momentos de angustia cotidianos que se suman al duelo por la pérdida de la relación de pareja. Nada dura para siempre. No duró la pareja, tampoco durará el duelo... pero de él hay que organizarse para salir

RUPTURAS: UNA DOBLE VISION
de FALLARAS, CRISTINA
Editorial:EDICIONES URANO, S.A.13.25 €

Es una obra netamente testimonial que retrata con detalles y reflexiones historias de amor vistas desde ambos lados. En cada capítulo la autora –con estilo desenfadado y mordaz- da primero voz a una de las “partes” para que cuente su relación: cómo empezó todo, los mejores y los peores momentos, lo nunca perdonado, lo nunca satisfecho, el momento en el que creyó tocar el cielo con las manos... Y luego facilita el espacio a la otra “parte” para preguntarle por las mismas cuestiones.

El resultado es muy interesante y revelador, ya que permite ver las contradicciones, las diferentes visiones de un mismo hecho, las paradojas y los malos entendidos con los que se tejió esa relación ya acabada. El libro acaba conformando un compendio de desengaños y de ilusiones, que dan fe de la lucha que somos capaces de mantener para defender el amor con uñas y dientes y de cómo nos aferramos a la ilusión de la felicidad.

Libros : Yoga - Zen - Feng Shui - Shiatsu - Embarazo&Parto- Bebés - Autoayuda - Pareja

Cortesía de Marco Antonio Guízar Ponce - Indice de articulos de pareja y familia - Presentaciones